Se habla mucho de gastronomía, de eventos gastronómicos, de los productos de la nueva y vieja gastronomía de cómo maridan determinadas bebidas con las diferentes ofertas gastronómicas, etc. Pero en muy pocas ocasiones nos hablan de la música que acompaña estos eventos.
Pensamos que eso da igual, que no es importante. Pues es un error, la música es un factor que puede hacer fracasar o realzar un evento culinario.
No hay que confundir música ambiente , en el sentido de estilo musical con ambiente musical. El ambiente musical se consigue poniendo mucha atención a factores como la hora, el tipo de personas y la manera de consumir la oferta gastronómica. Nuestro cerebro percibe los sonidos y según sean estos nos van a generar un estado de satisfacción y placer o por el contrario una sensación de incomodidad.
Me explico: por las mañanas nos resulta mucho más placentero escuchar música con un estilo más “campestre”, no Country sino melodías más abiertas con temas de expansión sonora como el que producen las guitarras acústicas de 12 cuerdas. Cualquier tema con este instrumento nos va a generar mucho mas placer y predisposición a gozar de la comida, la bebida y la compañía. No ocurre lo mismo a la hora de comer, medio día en la que nos resultará mucho más agradable y receptiva los temas musicales con predominio del piano. Por la tarde y tarde noche, agradeceremos mucho los sonidos con saxofón y bases rítmicas muy precisas y marcadas. Quiero dejar claro que no hablo de estilos musicales , sino de predominio de instrumentos. Puede valer en cada caso el jazz, rock, blues, etc. Las noches y ya a partir de que ha terminado la cena lo mejor es la música llamada negra en la que cave el sonido Disco, Fuck, Soul e incluso Tecno, es decir ritmo , mucho ritmo.